martes, 27 de septiembre de 2011

Ya se nos iba otro día más sin....

Después de ver las cascadas y dar un paseo por el cañón de Asbyrgi o algo así, el cielo dice que ya vale por hoy, que nos ha dado mucha tregua, y que pal coche que jarrea.
Tras un intento fallido de acortar por una pista en la que solo podíamos ir a 20, nos damos la vuelta y otro gran rodeo a Husavik pasando otra vez por Myvatn. Según avanzamos vemos como el cielo se va tapando sin darnos opción a ver auroras en la segunda noche de gran actividad solar. Deprimidos es poco para cómo bajamos al pueblo. Según llegamos, según nos acercamos al mar, el cielo nos cae encima. Llueve sin descanso y no tiene pinta de ir a mejor.

En el pueblo buscamos sitio para dormir en casa El Arbol. Una preciosa casa del año 1902, decorada con arpones balleneros y otras armas de época. Una preciosidad, toda ella de madera. Cruje entera al pisar. Cuando le decimos a la casera que queríamos ver auroras, se ríe y nos dice que no somos afortunados tras mirar por la ventana.

Nosotros nos vamos a cenar a un restaurante del puerto, acogedor en el que como 20 islandeses están viendo la champion. Nos comemos pescado marinado, tan común por aquí y un rico guiso de bacalao, con una cerveza gigante, que los lagrimones ya casi nos están cayendo. De vuelta al hotel nos pasamos por un mirador de la carretera para ver si hay milagro. Ultima oportunidad. A nosotros que nadie nos diga que no lo hemos intentado. El cielo está plomizo, llueve y hace un frío que pela gambas. Pues al hotel y ponemos la alarma a las 24 y vemos por la ventana por si hubiera suerte.

Pues llegamos al hotel, miramos por la ventana y A LU CI NA MOS. Lo que pasó os lo contamos otro día. Salimos corriendo, nos pusimos los zapatos de camino, y al mirador que está como a 3 km fuera del pueblo.














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